La primera vez que vi una tienda de venta de cápsulas de Nespresso no pude resistir la tentación de entrar para ver que era eso de colores que cubría una pared. La marca acababa de aterrizar en España y no la conocía.
Pasado el tiempo terminé con una de sus máquinas de café en casa y pensé que con las capsulas vacías podían hacerse cosas interesantes. Tras varias pruebas armada con tijera, martillo y alicates comenzaron a salir algunas cosas que me agradaban.
0 comentarios:
Publicar un comentario